Etiqueta: software

  • Emilcar 128: dos pantallas con Swiss Arrows

    Desde un mes antes de desprenderme de mi iMac 24′, tenía ya en casa un monitor secundario, un Acer S192HQL de 18’5 pulgadas que me costó 69 € y que tiene una calidad equivalente a su precio. Para mover las ventanas en la pantalla de mi iMac yo ya usaba la app Double Pane, y pensé que con la configuración de dos pantallas le sacaría partido por fin a los 2,39 € que me costó. No llegué a hacerlo.

    Antes siquiera de sacar mi monitor nuevo de su caja, recibí un email del desarrollador de Swiss Arrows, una aplicación para el manejo de ventanas en OS X, competencia pues de Double Pane. Tras mirar el vídeo de demostración le pregunté directamente: «¿Por qué un usuario satisfecho de Double Pane debería comprar Swiss Arrows?». Él me contestó lo siguiente:

    – Precio 2,39 frente a 0,79 de Swiss Arrows

    – La ventana a modo de panel HUD de Swiss Arrows está a prueba de usuarios muy muy básicos «alérgicos» a menús o teclas rápidas (p.e mi madre y mi suegro que tiene ambos un imac).

    – Permite capturar tus propios estado de ventana personalizados (la posición y tamaño que sea de una ventana) para reutilizarlos después. En el video puedes ver un ejemplo de uso con safari y la twitter app de mac. Según parece esto no lo hace DoublePane.

    – Estos estados de ventana personalizados se pueden importar de, por ejemplo, un iMac a un MacBook Air sin importar que tengan distinta resolución o trabajen con más de un monitor porque los tamaños capturados y después aplicados a las ventanas son proporcionales a cada pantalla. En alguna versión futura quizás añada que se sincronicen directamente por iCloud (como me ha indicado hoy Pedro Santamaría de Applesfera).

    – En las preferencias además puedes mostrar/ocultar los botones del panel HUD y activar/desactivar teclas rápidas por grupos: principales, estados de ventana por defecto, personalizados y múltiples monitores. Por ejemplo para los estados por defecto yo utilizo las teclas rápidas pero para mis estados personalizados uso el panel HUD (que no recuerdo de memoria cada uno y así veo el texto que puse al capturar) y para las acciones para múltiples monitores como uso un iMac sin monitores adicionales he desactivado/ocultado todo.

    Resumiendo, tanto a alguien que ya tenga una app para gestión de ventanas como si no, le diría que Swiss Arrows ofrece bastantes posibilidades por menos de lo que vale un café. Todo es cuestión de que cada uno valore sus necesidades y si le sacaría partido…

    Sinceramente creo que no se puede describir mejor las ventajas de esta aplicación desde mi punto de vista completamente imprescindible y más por 0,79 €.

    Todo esto viene a cuenta del Experimento 128 porque he decidido cambiar mi configuración de escritorio. Hasta ahora usaba el portátil como pantalla principal, usando también su teclado y trackpad, y el monitor Acer como pantalla secundaria. Pero es verano, amigos, y vivo en Murcia, así que hoy, harto de quemarme las yemas de los dedos, he decidido usar la misma configuración que he visto en tantas fotos, esto es, el Acer como monitor principal, un teclado y trackpad aparte, y el portátil subido a un soporte como monitor secundario y CPU del sistema.

    Con esta configuración mejoro la temperatura media de mis dedos y tengo un monitor principal más grande, pero de bastante menos calidad que el panel que monta Apple en mi MacBook Pro 13′; nada es perfecto, pero creo que así voy a esperar mejor a mi anhelado iMac.

    Si bien Swiss Arrows se había convertido en una aplicación muy útil con mi iMac, ahora es sin duda imprescindible en mi actual configuración. Por obra y gracia de su desarrollador, vamos a regalar 5 códigos promocionales para los primeros cinco lectores que escriban un comentario añadiendo un enlace a una foto de su configuración de escritorio con dos o más monitores.

  • Experimento 128: iMovie

    Si bien resulta relativamente fácil llevar la biblioteca de iTunes a un disco externo (USB o NAS), hemos visto sin embargo que hacer lo propio con Aperture tiene sus particularidades. iMovie también tiene algunas consideraciones previas al respecto que debemos tener en cuenta.

    iMovie es una aplicación especialmente ávida de espacio en disco duro. Esto se debe al formato propio de Apple al que iMovie convierte los vídeos para facilitar su edición. Ya usando el iMac, yo tenía muchos proyectos de iMovie pasados al NAS para que la copia de seguridad completa del disco duro local pudiera entrar en un disco duro de 500 GB.

    Me voy a ahorrar la explicación sobre cómo mover los eventos y proyectos de iMovie desde el disco duro del Mac a un disco externo, ya que un reciente screencast de Applesencia resuelve fantásticamente esta duda. Sin embargo sí quiero añadir la particularidad que se produce cuando ese disco externo es un NAS.

    iMovie es capaz de ver los discos duros externos que están en una ubicación de red. El problema es que en las diversas actualizaciones del programa y tras OS X Lion, esa característica ha sido activada y desactivada por Apple en varias ocasiones. Si estando en iMovie no veis las unidades de vuestro NAS, os tocará pasar por Terminal. Esto también ha sido explicado antes, por ejemplo en Applesfera.

    Una vez que iMovie reconoce vuestro NAS y que ya sabéis cómo mover eventos, pues toca moverlos. ¿El problema? Trabajar desde un NAS doméstico en iMovie es insufrible.

    La idea general sería tener todos los proyectos y eventos en el NAS y pasar al Mac aquel proyecto con el que estemos trabajando en el momento. El problema viene cuando ese proyecto y sus eventos ocupan tanto espacio en disco duro que no entran en mi raquítico SSD de 113 GB. En este caso, tengo que tirar de un disco duro USB, desde el cual es bastante más rápido trabajar vídeo que desde el NAS; no es la mayor velocidad del mundo pero es algo aceptable. Si el disco externo del que disponéis es FireWire o Thunderbolt entonces ya hablamos de lujo asiático.

    En mi caso, yo estoy usando un disco USB de 500 GB donde ya puesto he pasado varios proyectos y eventos que me gustaría terminar durante este mes de julio; ocupan unos 100 GB. Os preguntaréis ¿y por qué demonios ocupan TANTO los eventos de iMovie? Bueno, en los comentarios del screencast de Applesencia que he citado antes, su autor Marcos Matas, ofrece una magistral explicación al respecto que cito aquí:

    iMovie procesa todos los archivos en un formato propio de Apple, llamado AIC. Ese formato no es exactamente el habitual H264 que usan la mayoría de dispositivos de vídeo domésticos. El códec H264 en una película divide cada secuencia en fragmentos de 24 o 30 frames. El primer frame se guarda entero (con todos sus bits de datos), pero los 23 restantes se guardan como variaciones respecto al primer frame. Es decir: si hay una parte de un color cualquiera que no varía durante esos 24 frames, el códec simplemente dice “esto es lo mismo que en el fotograba anterior” y sólo da datos de las partes de los frames que sí han variado. Así se ahorra mucho espacio en el tamaño de la película.

    Todo esto está muy bien a la hora de ver una película, pero el problema se nos muestra cuando queremos hacer una edición en la mitad de esa secuencia de 24 frames. Si en el frame número 8 quiero hacer una modificación, el programa va a tener que usar muchísimos recursos del procesador para llevarla a cabo, y en muchos casos no podremos ver la edición en tiempo real para ver cómo va quedando nuestro proyecto.

    Por eso cada vez que importamos una película a iMovie la película se nos convierte a AIC. En este formato el vídeo tiene información de cada frame por separado (guarda absolutamente todos los bits de datos de cada frame y ninguno de esos frames se basa en lo que aparecía en un frame anterior). ¿Ventajas? que en cualquier momento podemos “cortar” y empezar a editar el vídeo. ¿Inconvenientes? Pues que ese vídeo va a ocupar más. Es inevitable.

    Podéis ver más screencasts de Marcos Matas en su canal de YouTube.

  • Podcasts, aplicación de Apple para iOS

    No puedo empezar esta breve reseña sin mencionar que hay que tener mucho bemoles para ponerle a una aplicación un nombre genérico de este tipo. Aparte de hacer muy difícil la redacción de un título inteligible para un artículo como éste, dispara todas las alertas posibles ante la probable apropiación por parte de Apple del término «podcast» como marca registrada. Jobs proveerá.

    De la aplicación tengo poco que deciros porque no la he probado muy intensamente; al parecer si conectas el iPhone por cable a iTunes, copia las suscripciones de podcasts que ya tuvieras, aunque no lo hace vía iCloud entre el iPhone y el iPad ni sincroniza posteriormente los capítulos escuchados.

    Visualmente tiene su gracia. Aunque en la vista por lista es básicamente igual a Instacast, la vista en cuadrícula sin ser tampoco novedosa es agradable. La sección Principales emisoras no incluye sólo a las radios comerciales, como podría esperarse, sino por así decirlo los podcasts más reputados. Se trata de una selección de 5 podcasts por categoría en la que la interfaz de doble rueda, muy original, nos permite descubrir (en el momento de escribir este artículo) en las primeras posiciones de Tecnología-Gadgets a SopMacsl, de Samuel Campos, cuyo último episodio fue el 4 de febrero de 2010… y además fue el Epic Tablet Podcast; en esta misma sección tenemos a Comunicando Podcast, que publicó por última vez el 1 de octubre de 2010. En Tecnología-Noticias tecnológicas nos encontramos entre otros el podcast de Applesfera, publicado por última vez el 6 de mayo de 2009. Señores, así se promueve el podcasting 🙁 No obstante, si te vas a catálogo ya puedes navegar por un mundo algo más real y comprobar como el Top Chart de cada categoría no coincide para nada con la selección presentada en Principales emisoras.

    En faq-mac.com y en otros medios se han hecho eco de la opción «Canjear» que aparece cuando navegas por el catálogo. En concreto se especula con que pueda ser la puerta de entrada a un modelo de suscripciones de pago vía iTunes, que seguiría el mismo patrón 70%-30% que siguen las apps o los ibooks. Me parece que más que eso es una opción heredada de la iTunes Store, de donde vía web bebe esta sección. Si finalmente Apple saca ese sistema de suscripción de pago a podcasts, recuerda que fue aquí en este blog donde primero alguien se equivocó al no saber interpretar bien las pistas 😉

    En el terreno de la reproducción es donde la aplicación lo da todo; con una novedosa interfaz a modo de viejo reproductor de cintas magnéticas, nos encontramos opciones como botones para 10 segundos atrás o 30 adelante, compartir en redes sociales, un «sleeper» para que la app se cierre pasado un tiempo o cuando el podcast acabe, y también reproducción más lenta o más rápida del capítulo. Para que esta interfaz aparezca hay que deslizar hacia arriba la carátula del capítulo.

    Las opciones de suscripción, descarga y borrado de cada podcast están un poco ocultas pero parecen efectivas, y nos permiten activar la descarga automática de nuevos episodios, donde está el principal escollo de esta app. No hay ningún apartado donde advertir a la aplicación que NO descargue por 3G; se supone que comparte el límite de 50 MB por item de iTunes Store, pero eso no te salva de un desastre en tu tarifa de datos. Por ello, si os empeñáis en usar esta app, os desaconsejo del todo la descarga automática de episodios, para evitar desgracias.

    Como muchos ya sabéis, los capítulos de mi podcast «Emilcar» no se descargan correctamente desde iOS. Esto es debido a que el sistema operativo requiere de mi servidor unas condiciones a la hora de transmitir paquetes que, evidentemente, archive.org no cumple. Kafelog sufría del mismo problema pero ellos sí han sido capaces de solucionarlo, toda vez que creo que hospedan los podcasts en su propio servidor. Yo tendré que plantearme cambiar, pero de momento no me preocupa en exceso. Hay bastantes podcasts en España con el mismo problema.

    En definitiva, me parece un buen movimiento de Apple y una aplicación decente. Inicialmente quedé muy decepcionado por la falta de algunas características pero dicha decepción se ha mitigado un poco (que no del todo) por las posibilidades de la consola de reproducción. La sincronización por iCloud haría de esta app una fuerza imparable al tener lo que ninguna tiene hasta la fecha: cliente para iPhone, cliente para iPad y cliente para Mac. No obstante, no es esta falta de sincronización lo que me hace no recomendar de momento la app; tampoco lo es la falta de listas de reproducción o de la posibilidad de añadir bookmarks. Todas estas (y otras) son características de Instacast o Downcast que recordemos son aplicaciones de pago, mientras que Podcasts es gratuita. El verdadero problema de esta app es la citada ausencia de límites en la descarga por 3G, lo cual os obligará tarde o temprano a desactivar las descargas automáticas y por tanto la app perderá gran parte de su sentido, al no tener tus podcasts pendientes ahí disponibles para que los escuches cuando quieras.

    Es posible que la app gane fuerza con iOS 6. Contrariamente a lo que otros opinan, me gusta que sea una descarga aparte, ya que de esa manera las actualizaciones de la app no vendrán ligadas a las actualizaciones de iOS. Veremos.

  • Experimento 128: sleepimage

    Hoy me he puesto manos a la obra. He cogido mi MacBook Pro 13′ y he empezado a limpiarlo de cosas inútiles para que esté en condiciones de encajar lo que se le viene encima. Para ello no conozco otra app como DaisyDisk. En breves minutos tenía un informe gráfico del estado de mi disco duro y de las carpetas y archivos que más ocupan.

    No he avanzado mucho, en la primera pantalla ya me ha llamado la atención que el subdirectorio private ocupara 9,5 GB. ¡A por él! Indagando hacia las entrañas de este subdirectorio DaisyDisk me dice que un archivo llamado sleepimage ocupa él solito 8,5 GB.

    OS X tiene un fantástico sistema de hibernación para portátiles que hace que cuando tu Mac se queda sin batería, todos los procesos abiertos en memoria se guarden, de manera que cuando vuelves a tener batería, el equipo se restaura en la misma situación que estaba cuando se apagó. Para esto, OS X crea un archivo llamado sleepimage que por definición ocupa el mismo espacio que la RAM que tiene tu equipo, 8 GB en mi caso.

    Muy pocas veces se me ha apagado el portátil estando trabajando con él. En mi caso en el que (hasta ahora) el portátil era un equipo secundario, la circunstancia más habitual es que guardo el MacBook Pro suspendido y se me olvida, de manera que pasados los días (a veces muchos) sin usarlo, la batería se le acaba y se hiberna.

    Puedes evitar la creación de este archivo desactivando la función de hibernación mediante Terminal, pero no me parece una buena idea. Lo que sí puedes hacer con Terminal de manera segura es eliminarlo después de cada hibernación, para lo cual debes usar la siguiente instrucción:

    sudo rm -rf /var/vm/sleepimage

    El término sudo vale para borrar archivos protegidos, así que OS X os pedirá la contraseña y os advertirá contra el idus de marzo.

    Yo veo más práctico (aunque quizá tostón) borrar a mano este archivo cada vez que se produzca una hibernación que desactivar las hibernaciones, que a más de uno nos han salvado el culo alguna vez. Quizá algún mago de Hazel o de Automator pueda crear una alarma que nos avise de la existencia del archivo y nos invite a ir a borrarlo.

  • Noteshelf para iPad

    Noteshelf es una app para tomar notas en el iPad a mano alzada y hacer gráficos y pequeños dibujos. Es ideal para tomar apuntes en reuniones y similares. Te permite crear varias libretas e incluye diversos tipos de «papel» dependiendo del uso de cada libreta; hay «papeles» de pago pero hay muchos que van incluidos en la propia aplicación. La versión 6.0 trajo además soporte para retina display en el nuevo iPad.

    Ahora ha rebajado su precio un 80% y cuesta 0,79 € por tiempo limitado. Y no se qué haces que no le hechas ya un ojo.

  • Mi primer libro con iBooks Author

    Siguiendo algunas peticiones, quiero compartir con vosotros el primer libro que he hecho con iBooks Author. No se trata de un libro en sí, sino la versión para iPad del programa de mano del próximo concierto de mi coro, Ars Mvsica.

    Soy consciente de que mucha gente no va con el iPad a los conciertos, pero este programa es tanto para usarlo en concierto como para leerlo antes o después del mismo, como una actividad complementaria a la escucha de las obras.

    Como podéis ver, en este primer trabajo no me he apartado de las líneas que marca una de las plantillas predefinidas del programa. He dejado que me numere las obras del concierto como los capítulos de las dos partes y listo. Sin embargo, sí me ha servido para ver hasta qué punto puedo salirme de los patrones impuestos por las plantillas, y realmente el margen de maniobra es poco. Dada la naturaleza del asunto (un programa de concierto) no he incluido elementos multimedia como vídeos, enlaces o carruseles de imágenes.

    He comprado un par de paquetes de plantillas de terceros y parecen ser más flexibles y ofrecer más posibilidades, toda vez que muchas de esas plantillas ya no están definidas pensando en libros de texto, sino en otro tipo de publicaciones.

    Este sábado trasladaré a mis compañeros del GUM Murcia toda mi sapiencia al respecto de iBooks Author. El libro/programa lo podéis descargar (incluso directamente desde el iPad) usando este enlace.

    Si lo que leéis os llama la atención, os espero el domingo 6 de mayo a las 20’15 horas en la Iglesia de San Nicolás de Murcia 🙂