Etiqueta: macbookpro

  • Experimento 128: sobreviviré

    Pues he terminado. Ya os he relatado aquí todo lo que he tenido que hacer para adaptarme a tener un MacBook Pro 13′ con un SSD de 113 GB como único ordenador. La mayor pega que le he encontrado al asunto no ha sido precisamente el tamaño del disco sino la potencia de este equipo, que si bien no está nada mal (Core 2 Duo 2,26 GHz), dista lo justo de mi iMac anterior como para que se me atranque en determinadas circunstancias.

    Sufro viendo como mi batería sufre. Antes la cargaba si acaso una vez o dos por semana y ahora es una vez o dos por día. Aunque los MacBook Pro actuales llegan a 7 horas de autonomía, éste «sólo» tiene 3 y al cabo del día requiere repostar, máxime cuando aun no estando usándolo, es el equipo que sirve contenido a nuestro Apple TV.

    La veleta del rumor dice hoy que no habrán nuevos iMacs ni Macs mini junto con Mountain Lion el día 25. Aunque salieran, no iba a comprar un iMac el 25 de julio para aparcarlo un mes, así que ya tenía claro que agosto era para el MacBook Pro 13′. Si este rumor se confirma, seguramente también tendré que pasar septiembre usándolo como único ordenador y quien sabe si más.

    Aunque estoy disfrutando mucho de las ventajas que supone tener un único equipo, os aseguro que voy a coger mi nuevo iMac con muchas ganas 😉

  • Experimento 128: sleepimage

    Hoy me he puesto manos a la obra. He cogido mi MacBook Pro 13′ y he empezado a limpiarlo de cosas inútiles para que esté en condiciones de encajar lo que se le viene encima. Para ello no conozco otra app como DaisyDisk. En breves minutos tenía un informe gráfico del estado de mi disco duro y de las carpetas y archivos que más ocupan.

    No he avanzado mucho, en la primera pantalla ya me ha llamado la atención que el subdirectorio private ocupara 9,5 GB. ¡A por él! Indagando hacia las entrañas de este subdirectorio DaisyDisk me dice que un archivo llamado sleepimage ocupa él solito 8,5 GB.

    OS X tiene un fantástico sistema de hibernación para portátiles que hace que cuando tu Mac se queda sin batería, todos los procesos abiertos en memoria se guarden, de manera que cuando vuelves a tener batería, el equipo se restaura en la misma situación que estaba cuando se apagó. Para esto, OS X crea un archivo llamado sleepimage que por definición ocupa el mismo espacio que la RAM que tiene tu equipo, 8 GB en mi caso.

    Muy pocas veces se me ha apagado el portátil estando trabajando con él. En mi caso en el que (hasta ahora) el portátil era un equipo secundario, la circunstancia más habitual es que guardo el MacBook Pro suspendido y se me olvida, de manera que pasados los días (a veces muchos) sin usarlo, la batería se le acaba y se hiberna.

    Puedes evitar la creación de este archivo desactivando la función de hibernación mediante Terminal, pero no me parece una buena idea. Lo que sí puedes hacer con Terminal de manera segura es eliminarlo después de cada hibernación, para lo cual debes usar la siguiente instrucción:

    sudo rm -rf /var/vm/sleepimage

    El término sudo vale para borrar archivos protegidos, así que OS X os pedirá la contraseña y os advertirá contra el idus de marzo.

    Yo veo más práctico (aunque quizá tostón) borrar a mano este archivo cada vez que se produzca una hibernación que desactivar las hibernaciones, que a más de uno nos han salvado el culo alguna vez. Quizá algún mago de Hazel o de Automator pueda crear una alarma que nos avise de la existencia del archivo y nos invite a ir a borrarlo.

  • Experimento 128

    Mi MacBook Pro 13 con un skin de Iron Man junto con la caja del disco SSD

    Tras la actualización del MacBook Air de mediados de 2009 muchos fueron los que se animaron a optar por el modelo con disco duro SSD de 128 GB. Afloraron entonces artículos en blogs y revistas donde diversos individuos del mundo Apple contaban sus andanzas para tratar de vivir con un disco duro de 128 GB, siendo éste el precio a pagar por tener un equipo de extrema portabilidad y gran duración de batería.

    Me toca.

    Mis dudas sobre qué equipo comprar para superar la obsolescencia del Core Duo del trabajo de mi mujer no están resueltas todavía, pero sí hemos llegado a una conclusión. Dado que Rocío necesita un equipo con Lion para dejar MobileMe antes del 30 de junio (donde tiene su correo, contactos y calendario del trabajo), se va a llevar ya el iMac 24′ de casa. Eso no tiene discusión, ella necesita el ordenador para el trabajo y necesita una solución definitiva, no andar con pruebas. Por tanto yo me voy a quedar como único equipo en casa con nuestro MacBook Pro 13′ (Mid 2009) Core 2 Duo 2,26 GHz con 8 GB de RAM y un SSD de 135 GB. Sólo por fardar, os recuerdo que se me enciende en 5,5 segundos 😉

    Actualmente el disco duro de mi iMac 24′ tiene ocupadas unos 250 GB, así que me toca hacer una intensa sesión de adelgazamiento para poder usar el MacBook Pro como equipo principal. Ya tengo en el NAS la biblioteca de iTunes, así que básicamente lo que me queda en el HD con peso es la biblioteca de Aperture y el material de iMovie que todavía no he montado. Por este último factor vendrán los principales recortes, supongo. No obstante, si hago algún progreso espectacular y digno de mención lo contaré aquí.

    Una vez yo esté funcionando con el MacBook Pro 13′ como único equipo, podré tomar una decisión basada en esa experiencia. Si veo que me va genial y que incluso es un placer tener un portátil como único equipo y llevar todas tus cosas allá donde vayas, podríamos pensar en comprar un MacBook Pro 15′ Retina Display. Si por el contrario resulta que no me siento del todo incómodo pero sí lejos de estar satisfecho, aguantaré estoicamente para un iMac 27′ Ivy Bridge, cuando quiera que salgan. Si es directamente un suplicio, compraré un iMac 27′ Sandy Bridge de los actuales y le pondré 16 GB de RAM para compensar el disgusto cuando los nuevos salgan justo 5 minutos después de mi compra.

    Sobre qué comprar he recibido diversos consejos. Por ejemplo @maeltj dice que el mejor momento para comprar es cuando se necesita, o sea, ahora. En el mismo sentido, Daniel Nuñez Arribas (un lector y oyente) me dice que ni él ni yo vamos a notar la diferencia de rendimiento entre un iMac actual y el que vayan a sacar (y tiene razón).

    Otro sector de la doctrina, con @makoworks a la cabeza, opina que el Retina es la única opción actual para estar en la punta de lanza del progreso sin esperar ya ninguna tecnología nueva siquiera a medio plazo (y tiene razón).

    Por otro lado los norteños (@hazzor@oswjim@osymar@appleando y @autoy) lideran el sector que me dice que soy un agonías, que mi equipo «de espera» es un pepinazo y que no me costará nada aguantar hasta los nuevos iMacs, que es el tipo de equipo que siempre he tenido como principal y lo que más potencia da por menos dinero (y tienen razón).

    Ya os contaré cómo me va.

  • emilcar videocast 12 – Cambio de RAM a un Macbook Pro 13′ (Mid 2009)

    Este es sin duda es uno de los peores vídeos de entre todos los que hay en Internet explicando cómo cambiarle la RAM a un MacBook Pro 13′. Espero que al menos os resulte divertido y os pueda ser de alguna utilidad. Aquí lo tenéis vía Vimeo y en algún momento del día también caerá por iTunes.

  • Instalando un disco SSD en mi MacBook Pro 13′

    Mi colega Jesús y yo llevamos tiempo queriendo instalar un disco SSD en nuestros portátiles, el mío un MacBook Pro 13′ de 2009 y el suyo un MacBook blanco creo que de la penúltima generación (1 minuto de silencio por su desaparición). Como mi colega es ? Apple Certified Macintosh Technician y sabe de estas cosas, él se encargó de hacer el seguimiento de los distintos modelos y precios disponibles. Finalmente me llamó el jueves pasado porque había encontrado un modelo muy equilibrado en prestaciones y precio: se trata de un Phoenix EVO 2,5 SSD de 115 Gb que la buena gente de alternate.es vendía por 138,52 € + gastos de envío (ahora lo han subido 9 €). Lleva controladora TRIM incorporada; mirad el enlace para más detalles técnicos.

    Ayer jueves por la mañana llegaron los discos y la instalación fue coser y cantar. Por si alguien pregunta, el cambio de RAM y de disco duro por parte del usuario no hace perder la garantía, así que mi Apple Care sigue vigente sin problemas. La instalación es tan sencilla como sacar el disco y poner el otro con los mismos tornillos y en el mismo sitio que el anterior; esta guía de ifixit.com explica cómo hacerlo. Este disco es un pelín más grueso que el que viene en mi MacBook Pro, pero aun así encaja a la perfección.

    Una vez en casa procedí a instalar OS X Lion desde cero, como a muchos les gusta hacer 😉 . Previamente me había creado un USB instalador de Lion como explican aquí. El MacBook Pro tardó en arrancar porque al haber perdido su disco duro de siempre pues lo hecha de menos y eso; como diría Ross Geller «a nadie le gustan los cambios». Al estar el disco SSD vacío al MacBook Pro no le queda otra que arrancar desde el USB, así sin tocar ninguna tecla ni elegir nada.

    Ojo, según me dijo Jesús, es posible que incluso después de instalar Lion algún equipo tarde más de lo debido en arrancar, por un fuerte sentimiento de nostalgia que le lleva a seguir buscando su viejo disco duro. Para solucionarlo nos vamos a Preferencias del Sistema -> Disco de Arranque y elegimos nuestro nuevo disco como disco de arranque (ya estará seleccionado) y le damos a reiniciar. Puede resultar redundante pero soluciona el problema. Es por algo relacionado con el firmware, pero no lo tengo muy claro.

    La instalación de OS X Lion llevó 19 minutos. Rauda y veloz. Durante el proceso le conecté el disco de Time Machine y procedí a transferir mis usuarios, mis datos y mis aplicaciones, supongo que una pequeña decepción para los puristas amantes del arranque completamente desde cero. Esta transferencia (de unos 50 y poco Gb) duró algo menos de media hora. Hablando en serio, poco me hubiera importado hacer un arranque realmente desde cero, pero estoy bajo 3G y no es el mejor momento de andar descargando programas ¿no os parece?

    Con todo listo, inicié sesión en mi usuario y al tiempo que Spotlight comenzaba a reindexar todo, yo instalaba Microsoft Office 2011 desde un DVD (cosas del trabajo de mi mujer). Tras ello, comprobé que los drivers del USB 3G de Movistar no habían superado el cambio y los reinstalé. Durante todo ese proceso el ordenador ardía y los ventiladores iban como locos. Cuando todo acabó, apagué el equipo y ahí fue donde vi el primer atisbo de velocidad. Me fui a dormir no sin antes activar el soporte TRIM con TRIM Enabler porque OS X Lion sólo lo activa por defecto en los modelos de SSD que monta Apple.

    El viernes, más tranquilo, me dispuse a hacer pruebas reales, sin Spotlight indexando y sin DVDs girando, sólo mi MacBook Pro 13′, su disco SSD y yo. El arranque dura exactamente 17 segundos (comprobado varias veces) entendiendo por arranque el tiempo que pasa entre que aprieto el botón y sale la pantalla para elegir usuario. Antes, en el mejor de los casos tardaba unos 40 segundos, llegando con frecuencia a superar el minuto. Una vez introducida la contraseña el escritorio está listo en apenas dos segundos.

    El comportamiento de las aplicaciones ha mejorado bastante. Por ejemplo, iTunes con 12’87 Gb de datos se abre en dos botes la primera vez y un solo bote las sucesivas, y el cierre es inmediato, como también lo es el apagado del equipo aunque tenga aplicaciones abiertas. Así las cosas, apenas encuentro motivos para dejar el MacBook Pro en reposo cerrando la tapa; mucho mejor apagarlo del todo y ahorrar toda la batería posible.

    El calentamiento es la decepción. Con el ordenador apagado horas, enciendo y me pongo a escribir esto y a los 10 minutos ya está considerablemente más caliente, como antes. iStat Pro me dice que el disco está a 30º (18º menos de lo que solía tener el disco duro anterior) pero la batería parece que sigue su guerra por otro lado, dado que la zona donde está instalado el disco duro está considerablemente más fría. No tengo el cargador conectado. En los 10 minutos siguientes el calor ya se ha extendido a la zona donde reposo mi delicada muñeca izquierda, mientras que la muñeca derecha está en un estado óptimo de temperatura. La temperatura de la CPU está rozando los 70º mientras escribo esto sólo con Safari abierto, lo que viene a ser su temperatura normal. Decir que en estos momentos estoy accediendo a Internet con un pincho USB 3G de Movistar y no sé cómo esto puede afectar o no a la temperatura. En la sala en la que estoy hace hasta fresquito y todo y siempre uso el MacBook Pro en verano con dos patitas de goma que lo elevan un dedo por atrás, pero los ventiladores ya han pasado las 2500 rpm y se les empieza a oír un poquito si te acercas. Viviré con ello; este MacBook Pro 13′ (2009) nunca ha sido un ordenador especialmente frío ni mucho menos; seguramente sobrevaloré la influencia del disco duro en la temperatura global.

    Bueno, al grano: ¿merece la pena? Pues de momento sí, dado que el arranque y el apagado han mejorado muchísimo y eso me da un indicio de cómo se van a comportar las otras aplicaciones cuando trabaje con ellas intensamente. Evidentemente no me he gastado 140 € para que el ordenador se encienda rápido pero no he podido hacer más pruebas de rendimiento que fueran significativas o reales.

    Este MacBook Pro 13′ Core 2 Duo 2,26 GHz 4 GB RAM va a ser mi ordenador principal todo el verano; en él editaré los vídeos de vacaciones con iMovie y trataré mis fotos con Aperture. Cuando vuelva a mi iMac 24′ Core 2 Duo 2,93 GHz 8 GB RAM y trabaje un par de días con él veré realmente la diferencia de rendimiento que al  MacBook Pro le supone el SSD y podré hablar con más conocimiento de causa. De momento las sensaciones no pueden ser mejores.

  • Contradicciones maqueras (Edición Especial Lion)

    contradictions

    Como todos los seres humanos, los usuarios de Mac somos en ocasiones criaturas contradictorias.

    Cuando Apple sacó los nuevos modelos de MacBook Air con unidades SSD, hizo una primera apuesta por la eliminación TOTAL de los soportes ópticos. Este modelo nunca llevó unidad de DVD pero en esta revisión esa tendencia se consagraba, al llevar el sistema operativo en un pendrive, en vez de en un DVD. La población maquera aclamó el movimiento y muchos hubieran comprado ese MacBook Air sólo por tener el pendrive de Snow Leopard con la manzanita blanca.

    En la posterior renovación de la gama MacBook Pro, todo el mundo esperaba un movimiento similar, que sería además aún más drástico dado que esta gama siempre ha contado con lector de DVD. No ocurrió así y los nuevos modelos fueron simplemente actualizaciones de componentes respecto a los anteriores. Muchos blogs especializados lamentaron la oportunidad perdida y acusaron a Apple de crímenes contra la Humanidad por no haber continuado con la tendencia de eliminación de soportes ópticos.

    Meses más tarde Apple anuncia que su próximo sistema operativo, OS X Lion, se venderá exclusivamente a traves de la Mac App Store. No sólo desaparece el soporte óptico sino todo soporte físico. ¿Felicidad en el mundo Mac? ¡¡NO!! Desesperación por poder hacer un USB o un DVD autoarrancable con Lion para poder hacer una instalación en limpio o tenerlo a mano por si las moscas.

    Así somos 🙂