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  • Experimento 128

    Mi MacBook Pro 13 con un skin de Iron Man junto con la caja del disco SSD

    Tras la actualización del MacBook Air de mediados de 2009 muchos fueron los que se animaron a optar por el modelo con disco duro SSD de 128 GB. Afloraron entonces artículos en blogs y revistas donde diversos individuos del mundo Apple contaban sus andanzas para tratar de vivir con un disco duro de 128 GB, siendo éste el precio a pagar por tener un equipo de extrema portabilidad y gran duración de batería.

    Me toca.

    Mis dudas sobre qué equipo comprar para superar la obsolescencia del Core Duo del trabajo de mi mujer no están resueltas todavía, pero sí hemos llegado a una conclusión. Dado que Rocío necesita un equipo con Lion para dejar MobileMe antes del 30 de junio (donde tiene su correo, contactos y calendario del trabajo), se va a llevar ya el iMac 24′ de casa. Eso no tiene discusión, ella necesita el ordenador para el trabajo y necesita una solución definitiva, no andar con pruebas. Por tanto yo me voy a quedar como único equipo en casa con nuestro MacBook Pro 13′ (Mid 2009) Core 2 Duo 2,26 GHz con 8 GB de RAM y un SSD de 135 GB. Sólo por fardar, os recuerdo que se me enciende en 5,5 segundos 😉

    Actualmente el disco duro de mi iMac 24′ tiene ocupadas unos 250 GB, así que me toca hacer una intensa sesión de adelgazamiento para poder usar el MacBook Pro como equipo principal. Ya tengo en el NAS la biblioteca de iTunes, así que básicamente lo que me queda en el HD con peso es la biblioteca de Aperture y el material de iMovie que todavía no he montado. Por este último factor vendrán los principales recortes, supongo. No obstante, si hago algún progreso espectacular y digno de mención lo contaré aquí.

    Una vez yo esté funcionando con el MacBook Pro 13′ como único equipo, podré tomar una decisión basada en esa experiencia. Si veo que me va genial y que incluso es un placer tener un portátil como único equipo y llevar todas tus cosas allá donde vayas, podríamos pensar en comprar un MacBook Pro 15′ Retina Display. Si por el contrario resulta que no me siento del todo incómodo pero sí lejos de estar satisfecho, aguantaré estoicamente para un iMac 27′ Ivy Bridge, cuando quiera que salgan. Si es directamente un suplicio, compraré un iMac 27′ Sandy Bridge de los actuales y le pondré 16 GB de RAM para compensar el disgusto cuando los nuevos salgan justo 5 minutos después de mi compra.

    Sobre qué comprar he recibido diversos consejos. Por ejemplo @maeltj dice que el mejor momento para comprar es cuando se necesita, o sea, ahora. En el mismo sentido, Daniel Nuñez Arribas (un lector y oyente) me dice que ni él ni yo vamos a notar la diferencia de rendimiento entre un iMac actual y el que vayan a sacar (y tiene razón).

    Otro sector de la doctrina, con @makoworks a la cabeza, opina que el Retina es la única opción actual para estar en la punta de lanza del progreso sin esperar ya ninguna tecnología nueva siquiera a medio plazo (y tiene razón).

    Por otro lado los norteños (@hazzor@oswjim@osymar@appleando y @autoy) lideran el sector que me dice que soy un agonías, que mi equipo «de espera» es un pepinazo y que no me costará nada aguantar hasta los nuevos iMacs, que es el tipo de equipo que siempre he tenido como principal y lo que más potencia da por menos dinero (y tienen razón).

    Ya os contaré cómo me va.