Categoría: Podcasting

  • El estado de la distribución automática

    El estado de la distribución automática

    Uno de los lobos disfrazados de oveja que campan a sus anchas por el podcasting es la distribución automática. Se trata de una funcionalidad de la que muchos hostings presumen, que te permite mandar tu podcast a los más relevantes portales del medio con tan solo pulsar un botón.

    De esta forma, el podcaster novato va a ver cómo, en segundos y sin esfuerzo, ese primer capítulo de su podcast que con tanto orgullo y esfuerzo acaba de subir a su hosting, se ve publicado en Apple Podcasts, Google Podcasts, Spotify, Amazon Music y ni se sabe cuántos sitios más.

    Esta funcionalidad, que podría parecer una ayuda para el podcaster novato, es en realidad un importante perjuicio para su proyección y la de su podcast y lo es por dos motivos.

    Secuestro

    Por regla general, hace falta tener una cuenta de usuario en un portal de podcasts para publicar ahí tu podcast. Necesitas un AppleID para publicar un podcast en Apple Podcasts; necesitas una cuenta Google para hacer lo propio en Google Podcasts; precisas de una cuenta de Amazon para difundir tu podcast en Amazon Music; te es imprescindible una cuenta de Spotify para que tu podcast aparezca en el gigante verde. Creo que se capta la idea.

    Sin embargo, en tu hosting no hay un campo donde tú puedas indicar esta información. Nadie te está pidiendo tu cuenta de usuario en esos portales. ¿Cómo es posible que se publiquen allí? Pues porque lo hacen bajo una cuenta genérica del hosting, quien desde ese momento pasa a ser el «dueño» de tu podcast en cada una de esas plataformas, privándote de la posibilidad de conocer sus estadísticas particulares y de tomar decisiones acerca de la presencia en ellas de tu podcast. La existencia de los nuevos canales en Apple Podcasts ha eliminado la antigua forma que existía de vincular los podcasts subidos de una misma cuenta, pero en su momento yo tenía localizadísima la cuenta en iTunes Podcasts de Spreaker, y se podía ver los cientos de podcasts que estaba publicando. También he de reconocer que, en el caso concreto de Spreaker, cuando algún podcaster le solicitaba recuperar el control de su podcast en iTunes, ponían todas las facilidades del mundo, sin duda necesarias para sortear el todavía anacrónico entramado técnico de la plataforma de Apple.

    En estos tiempos en los que las plataformas no se limitan sólo a difundir tu audio sino que te ofrecen mucha información interna sobre estadísticas propias y muchas opciones para controlar cómo se ve tu podcast en su servicio, no usar tu propia cuenta para publicar tu podcast es una decisión temeraria e irresponsable con tu propia creación.

    Ignorancia

    Por cada podcaster que usa el botón de difusión de su hosting, un puñal más se clava en el corazón de Adam Curry, el podfather. El feed RSS es el alma del podcasting. No digo que sepas escribir a mano en código un feed RSS partiendo de un archivo en blanco, pero debes conocer sus rudimientos y tener claro que el feed es lo que lleva tu podcast de un sitio a otro. Las apps de tus suscriptores están apuntando a tu feed, y ese pequeño milagro tecnológico es lo que les hace llegar cada capítulo.

    Cuando el podcaster novato pulsa el botón de difusión, se está ahorrando trabajar con el feed, copiarlo del hosting, entender qué es lo que está copiando, y darse cuenta de su absoluta importancia al ver que es lo ÚNICO que le piden las plataformas para dar de alta su podcast.

    El botón del difusión facilita el trabajo pero hace el feed (más) transparente para el podcaster, lo cual abunda en su ignorancia sobre los fundamentos del medio y le hace estar al arbitrio de cualquier acontecimiento porque desconoce qué es lo verdaderamente importante de su podcast.

    Imagen promocional de rss.com (encima con ese nombre) donde muestran iconos de Amazon, Spotify, Apple Podcasts etc para simbolizar la distribución automática.

    Hubo un momento en que parecía que esta funcionalidad de la difusión iba a caer en desuso. Spotify for podcasters, entonces Anchor, anunció que desaparecía de su dashboard y fuimos muchos los que alabamos el movimiento. Pero se trataba de un lobo que se quita una piel de cordero para ponerse otra, porque la intención de la compañía era que los podcasts allí creados no fueran sino a Spotify, algo que ocurría automáticamente, omitiendo (que no prohibiendo) la información necesaria al podcaster para tomar su feed y llevárselo a otros portales.

    Salvo ese malicioso movimiento (que no sé qué es peor) los grandes hostings siguen ofreciendo, orgullosos, la funcionalidad de difusión y, de esta forma, el concepto de feed se diluye como lágrimas en la lluvia justo cuando más necesitamos su presencia.

  • La gran mentira de las descargas totales

    La gran mentira de las descargas totales

    Desde que el podcasting se convirtiera en un medio mainstream en 2020, ha recibido la atención de otras muchas disciplinas. Una de ellas es el marketing, que ha acudido presto, manual en mano, a aplicar todas sus técnicas para proporcionar una mayor difusión a nuestras creaciones. Esto nos ha venido muy bien, porque uno de los males endémicos del podcasting es que la acción del podcaster muere al darle al botón de publicar, dejando la difusión en manos de los dioses. El marketing ha venido a solucionar eso, a explicarnos qué podemos hacer para que nuestro contenido llegue a más gente e incluso cómo reaprovechar dicho contenido para crear subformatos al servicio también de la difusión del podcast.

    Este intercambio de sinergias no ha sido fácil. Hemos tenido que explicarle al marketing que muchos de sus hechizos aquí no funcionan. El marketing ha tardado bastante en terminar de comprender las peculiaridades del podcasting y, todavía hoy, encontramos campañas y actuaciones que sabes de sobra que no van a funcionar, porque algunos agentes se empeñan en ceñirse a su manual y no prestan atención a las especificaciones del medio.

    Pero hay un gol que nos han metido por toda la escuadra y que no vamos a conseguir remontar, así el partido durara una eternidad: las descargas. Medir las descargas es un asunto técnico que, precisamente gracias a la influencia del marketing, tenemos más o menos resuelto con la IAB, una entidad que ha establecido unos parámetros estándar para toda la industria y que aplica una certificación a los hostings para asegurar que todo se mide bajo esos mismos parámetros y es comparable. Si estás interesado en tener patrocinadores, debes asegurarte de que tu podcast está hospedado en un hosting con certificación IAB. En el momento de escribir este artículo hay 26 compañías con la certificación Podcast Compliance y las puedes revisar aquí. Están muchas de las más conocidas en este momento, como Acast, Spreaker, Anchor (Spotify for podcasters) y Libsyn. Me llama la atención la ausencia de rss.com, una compañía de hosting que está haciendo grandes esfuerzos comerciales en estos días, así como la de iVoox, que hace meses que tiene en su dashboard una opción que muestra las estadísticas siguiendo los parámetros de la IAB, pero que al parecer todavía no ha conseguido la certificación oficial.

    Si la medición de las descargas está controlada ¿cual es el gol que nos ha metido el marketing? Ese gol es la valoración de la audiencia. Los podcasts no son uniformes y eso es un auténtico obstáculo para su comparación. No puedes comparar un podcast diario con un podcast semanal o con uno mensual, porque el número de capítulos publicados influye mucho en su númeo de descargas y éstas tienen una valoración distinta entre caso y caso. Pero todas estas excepciones son muy difíciles de matizar en un mensaje publicitario corto y contundente, en una nota de prensa llamada a atraer la atención sobre nuestro podcast. Por ello el marketing ha propuesto la valoración total de las descargas, sin importar ni matizar la periodicidad del podcast. Y la industria ha abrazado de pleno este planteamiento porque simplifica mucho las cosas.

    Ahora se habla de descargas mensuales de un podcast, sin entrar a valorar su periodicidad o incluso la duración de los capítulos, un factor también a tener en cuenta para valorar correctamente las descargas. Esta propuesta de descargas mensuales viene de otros medios como la radio o la TV, medios en los cuales suelen compararse programas análogos cuya existencia se justifica por un ajuste a una parrilla programática de emisiones. En el podcasting esto no existe; un podcast de noticias no tiene que durar 45 minutos, como duran los noticieros de las 15:00. Un podcast magazine no tiene que durar cuatro horas, como los magazines radiofónicos que tienen que ocupar toda la mañana o toda la tarde. El marketing ha decidido homogeneizar a lo bruto todas estas diferencias, proponiendo la audiencia mensual como elemento a publicitar de un podcast. Pero no es una cifra relevante en la mayoría de los casos, y la cosa se pone peor cuanto más subimos la perspectiva de comparación.

    Podtrac es una empresa dedicada desde hace años a las estadísticas de los podcasts y suele publicar diversos informes de descargas. En su informe de marzo de 2023 nos indica que, en Estados Unidos, los 800 podcasts de iHeartPodcasts han tenido una audiencia de 33.908.000 oyentes únicos, los 209 de Wondery 25.022.000 y los 49 de NPR 20.110.000. La noticia es, por supuesto, que iHeartPodcasts renueva su liderazgo en el podcasting etc. cuando un simple ejercicio de división nos muestra que, de media, los podcasts de iHeartPodcasts tiene una media de 42.000 oyentes únicos y los de NPR, tercera clasificada, de 119.000. Pero es que los 14 podcasts de DailyWire+, la sexta clasificada tienen una media de ¡674.000 oyentes únicos!. ¿Quién está teniendo más éxito aquí? ¿Qué periodicidad tienen esos podcasts que estamos homogeneizando tan alegremente?

    Esta deformación de las cifras de audiencia se hace con el único objetivo de vender más anuncios de inserción automática, unos anuncios que buscan el número de impactos más allá de la determinación de una audiencia concreta; son anuncios generalistas que se venden al peso, lejos del anuncio de nicho, natural al podcasting, que aprovecha todo su potencial de influencia en el oyente.

    Obviamente parece que hemos fracasado a la hora de explicarle al marketing el significado del teérmino «audiencia nicho», pero es que también el podcasting ha cambiado, y ahora, más que nunca, se hacen podcasts fuera de nicho, dedicados a una audiencia global y numerosa, que reconoce la calidad de esos productos y los escucha masivamente. ¿No era eso lo que queríamos?

  • Swell AI, inteligencia artificial para tu podcast y tu canal de YouTube

    Swell AI, inteligencia artificial para tu podcast y tu canal de YouTube

    Swell AI es la plataforma que viene a cerrar el círculo de la inteligencia artificial entorno al podcasting. En su web dice que automatiza la escritura de notas del programa, artículos, resúmenes y más para los capítulos de tu podcast.

    He estado haciendo pruebas, y el resultado es impresionante. El panel de control principal de Swell AI es muy sencillo. Tenemos una carpeta donde van a estar todos nuestros proyectos, siendo cada proyecto es un audio que hemos subido a la plataforma. En mis pruebas yo he cargado un archivp MP3, pero la fuente de un proyecto puede ser un enlace a un capítulo de Apple Podcast, una carpeta de Dropbox, un feed rss, un vídeo de YouTube…

    Una vez terminado el trabajo de transcripción, vamos a ver una primera pestaña con el resultado de dicha transcripción, con un resultado bastante aceptable, muy similar en cuanto a precisión a la que te da por ejemplo en estos momentos la beta de Hindenburg 2, muy similar a la que obtendrías con el modelo mediano de Whisper, el motor de transcripción de OpenAI. Vemos que se trata de una transcripción pautada con minutos y segundos, por lo que te permite descargarla en un formato SRT o VTT que son los archivos estándar de subtítulos. De esta forma, podemos usarla como transcripción subtítulada de nuestro podcast (si nuestro hosting no los permite) y también podemos cargarla en YouTube, si entendemos que el resultado de la transcripción es mejor que el que hace YouTube automáticamente.

    En el resto de pestañas es donde ocurre la magia. En Swell Chat tenemos una opción libre donde vamos a poder pedirle a ChatGPT que haga cosas en función de la transcripción. Swell AI nos pone como ejemplo pedirle que escriba un post para LinkedIn acerca de este podcast para mi empresa. Pero no hace falta exprimir mucho la imaginación porque tenemos más pestañas que nos ofrecen resultados concisos:

    • Articles, para crear artículo estilo blog partiendo del contenido del podcast.
    • Shownotes, donde vamos a poder crear las notas al podcast ¡perfectas! partiendo de tres bloques como son título, resumen y timestamps. La versión antigua de esta función se limitaba a los timestamps (como puedes ver en el vídeo adjunto).
    • Summaries y Titles, dos pestañas para crear por separado resúmenes y títulos alternativos; quizá estas pestañas acaben desapareciendo por analogía con la nueva Shownotes.
    Captura de la interfaz de SwellAI tal y como la he descrito en el artículo

    Creo que este servicio resume todo lo que podíamos soñar con pedirle a la AI para que nos ayude en el siempre tedioso proceso de post-producción de nuestros capítulos. ¿Lo malo? El precio:

    • tier gratuito con un audio al mes por 0 euros.
    • 5 audios al mes por 29$/mes
    • 10 audios al mes por 49$/mes
    • 20 audios al mes por 99$/mes

    Es un servicio maravilloso (más allá del precio) pero tienes que ver si encaja con tu ciclo de generación de capítulos, esto es, tienes que encontrar una reciprocidad entre el tiempo que te ahorra, lo que pagas y lo que tarda en generar toda esta información. Seria impensable para mí usarlo en Emilcar Daily (4 capítulos por semana) pero tampoco para Promopodcast (1 capítulo al mes pero de 2 horas y 3 secciones).

    No obstante te animo a que lo pruebes y veas cómo se adapta a tus necesidades.

  • Podcast Namespace

    Podcast Namespace

    Podcasting 2.0 es una serie de iniciativas promovidas por Adam Curry, el podfather, y el programador Dave Jones, apoyados en una comunidad de la cual cualquier podcaster puede formar parte. A través de estas iniciativas se pretende relanzar la tecnología en la que se apoya el podcasting libre e independiente y así dotarlo de la fortaleza necesaria para afrontar los retos que la explosión del medio plantea.

    Entre estas iniciativas se encuentra Podcast Namespace, sin duda una de las que más evidentemente viene a cambiar los estándares que conociamos hasta ahora. Se trata de un conjunto de nuevas etiquetas que se incorporan al RSS tradicional de podcasting para aportar más contenido, información y valor al feed, el alma del podcasting. Ese estándar estaba compuesto hasta ahora por etiquetas RSS convencionales más un grupo específico para podcasting aportadas por Apple pero reconocidas por todo el sector.

    Actualmente tú ya estás usando algunas de las etiquetas clásicas para conformar tu feed, aunque no lo sepas. Cuando completas los datos sobre tu podcast que te pide tu hosting, gran parte de dicha información pasa a formar parte de tu feed, en forma de etiquetas: idioma, categoría, propietario, autor, email… Podcast Namespace propone nuevas etiquetas que permitan, vía feed, informar al oyente de mucha información adicional sobre nuestro podcast. Algunas de estas etiquetas también vienen a renombrar algunas que ya existían, creadas por Apple.

    Dentro de la comunidad Podcasting 2.0 existe un grupo de personas que debaten y aprueba las nuevas etiquetas. Voy a relatar algunas de las más relevantes que ya están en funcionamiento:

    • podcast:transcript contiene la URL del archvo srt donde está la transcripción de un capítulo. Este campo es de los más implementados por los distintos hostings aunque todavía ninguna de las apps principales lo ha incorporado, con la excepción de Podcast Addict en Android.
    • podcast:episode indica el número de capítulo, sustituye a itunes:episode.
    • podcast:season indica el número de temporada, sustituye a itunes:season.
    • podcast:funding indica una cuenta de Patreon, PayPal, Buy me a Coffe o cualquier otro servicio de donaciones.
    • podcast:value indica un wallet de criptomonedas para recibir pagos dentro de Value4Value, otra de las iniciativas del Podcasting 2.0.
    • podcast:chapters contiene la URL de un archivo json que indica la información de las secciones de un capítulo, evitando que esta información (sobre todo imágenes) vaya codificada en el propio audio, y permitiendo por tanto que reproductores web puedan leer también dicha información.
    • podcast:soundbite te permite indicar un «momento de oro» de tu capítulo (marcando minuto de comienzo y finalización) para que pueda ser usado como trailer, motores de búsqueda, quizá las conclusiones o un buen punto para crear un audiograma.

    La implementación de estas etiquetas por hostings y, sobre todo, reproductores de podcasts puede facilitar mucho nuestro trabajo y ser de una gran ayudar para llegar mejor a actuales y futuros oyentes. ¿Recuerdas esa frase que a veces escuchamos en películas estadounidenses de «Llamaré a mi congresista»? Pues es el momento de aplicárnosla. Por nuestro bien, por el bien del podcasting independiente, escribe a tu hosting y pregúntale por estas etiquetas y sus planes para implementarlas.

  • Spreaker corrige silenciosamente

    Spreaker corrige silenciosamente

    El pasado lunes 6 de marzo te contaba cómo el anuncio de Spreaker de su gratuidad era, por así decirlo, exagerado, cuando no una mentira marketiniana. En ese artículo abundaba además en los motivos para hacer las variaciones en su planes que estaba presentando.

    Cuando el mundo del podcasting se dio cuenta de la diferencia entre el anuncio y la realidad, se sucedieron las reacciones. Me llama especialmente la atención cómo James Cridland pidió perdón a sus oyentes de Podnews por haber dado cobertura especial a una noticia que no lo merecía.

    El mismo lunes Spreaker decidió corregir su decisión de forma silenciosa en la creencia, seguramente, de que lo que has hecho mal debes de resolverlo también mal 🤷🏻‍♂️. Esa corrección consistió en eliminar todos los límites de espacio de sus planes. Los restos que todavía hoy vemos en el dashboard de la situación anterior al lunes muestran que se trata de una decisión no planificada, tomada sobre la marcha. En cualquier caso, esto sí que es un gran cambio que merece todo tipo de cobertura, pena que Spreaker haya gastado ya esa bala de manera torpe. Esto con Tonia Maffeo no hubiera pasado 🥲

    Captura del dashboard de Spreaker donde todavía se lee "Espacio de almacenamiento" aunque sin indicación de cuánto espacio te queda.

    Pese a su torpeza, Spreaker es un hosting genial que recomiendo a todo el mundo y que, pese a su torpeza de estos días, sigo recomendando. En la situación anterior, las limitaciones de hospedaje de sus planes lo llevaban a un potencialmente infinito crecimiento de su coste para un podcaster, porque el límite que tenía cada plan de Spreaker eran las horas de audio que podías acumular en la cuenta. Con el paso de los años, conforme tu podcast fuera creciendo en publicaciones, te ibas a encontrar en la disyuntiva de eliminar capítulos pasados o subir a un plan más caro. Ahora que los límites han desaparecido, esta presión ya no existe y el plan gratuito es un plan gratuito e ilimitado de verdad. Conociendo como conozco las tripas de todos estos sistemas, en un mundo lógico y sensato la nueva propuesta de Spreaker se llevaría de calle a todos los que, por gratuidad, optaron en su momento por Anchor (que ya no existe, ahora es Spotify for podcasters) o por iVoox.

    Pero yo creo que los cambios no se van a detener aquí porque, superados iVoox y Anchor, la sombra de Acast se cierne todavía sobre Spreaker. Ahora que la diferencia entre los distintos planes es funcional, van a tener que estrechar mucho más los precios si quieren tener una propuesta coherente y competitiva (que tampoco tengo claro que tengan esa intención).

    Comparativa de los planes de Spreaker, complicados de transcribir aquí. Haz clic en el enlace del párrafo anterior que te lleva a su web y allí lo podrás "leer" mejor.

    Entre el plan gratis y el de 8 €/mes la diferencia es que en el gratuito sólo puedes tener un podcast y en el otro puedes tener ilimitados podcasts. También parece haber diferencia en la profundidad de las estadísticas, pero no se aclara; no obstante, por ese precio veo razonable el cambio. Pero el siguiente salto es quizá demasiado grande, y es que 20€/mes me parece excesivo para tener estadísticas avanzadas y de 12 meses (en vez de 6) y la no muy útil opción de podcasts privados mejorados.

    Ignoro la diferencia entre “estadísticas avanzadas” y “estadísticas completas”, pero ya puede ser buena para, junto con “Personalizar colores reproductor” 😑, merecer el paso de 20€/mes a 50€/mes. Y el siguiente salto es abismal, 250€ al mes por gestión de campañas privadas (cargar tus propios audios para insertarlos como publicidad programática), opción de colaboración (sólo útil para redes de podcasts) y estadísticas de 24 meses. He obviado en todo momento los distintos niveles de soporte que ofrecen porque no es algo que valore especialmente.

    Incluidos los planes gratuitos, Acast tiene 3 planes contra 5 de Spreaker y la diferencia de precio es terrorífica. Acast te cobra 40€ al mes por lo mismo que Spreaker te pide 250€, y ya en el plan gratuito ofrecen estadísticas completas, campañas y personalización de colores 😬. Por cierto, quizá sea una errata de las FAQ pero da la sensación de que sólo si estás en este plan más caro puedes vetar categorías problemáticas del plan de anuncios programáticos 🤔

    Si activo el programa de monetización, ¿cómo puedo excluir categorías de anuncios no deseadas?

En calidad de suscriptor del plan Publisher y habiendo activado nuestro programa de monetización, tienes la opción de bloquear ciertas categorías IAB para garantizar que los oyentes no reciban anuncios programáticos no deseados.

    Aun con to’ y con eso (que decimos en Murcia), este último movimiento de Spreaker, de torpe ejecución, le sitúa en una posición mucho mejor que la que tenía. Todavía su prestigio y rendimiento desde 2006 pueden compensar las diferencias de precio con Acast, pero conforme pasen los meses y la compañía sueca se forje su propio renombre, las cosas se pueden poner muy complicadas para Spreaker, aunque siempre tendrá el colchón de su matriz, iHeart Media… hasta que deje de tenerlo.

  • Spreaker DICE que AHORA es gratis

    Spreaker DICE que AHORA es gratis

    La semana pasada el mundo del podcasting se vio sacudido por la nota de prensa de Spreaker titulada «Spreaker is now free» y en cuyo primer párrafo se puede leer la siguiente frase: «A partir de hoy, los creadores pueden usar la plataforma de podcast profesional de Spreaker sin coste alguno.». Y no es que sea mentira, pero tampoco es verdad. Lo que ha hecho Spreaker es ampliar el plan gratuito que ya tenía antes, dotándolo de estadísticas, aumentando el número de horas de audio de 10 a 50 y permitiendo que pueda usar el Ad Exchange para inserción programática de anuncios.

    Este último añadido es la clave de todo. En el mundo del podcasting se ha desatado una nueva guerra. Pareciera que los anuncios programáticos son el nuevo vellocino de oro. Este tipo de anuncios paga un CPM miserable y por tanto el volumen es la única forma de poder rentabilizarlos correctamente. Mi red de podcasts, Emilcar FM, se hospeda en Spreaker, y tengo activados los anuncios programáticos en los podcasts finalizados y archivados, para rentabilizar de alguna forma las descargas residuales que se puedan producir. En los últimos 30 días se han producido 3014 descargas, que han supuesto unos ingresos de 4,73 $. Como puedes ver en el gráfico adjunto, además es un mes excepcional por un día en el que las descargas (la linea roja) han tenido un pico.

    Redondeando, 3000 descargas al mes pueden corresponder a un podcast quincenal que tiene 1500 descargas por capítulo. Estarás de acuerdo conmigo en que, en el contexto actual, podríamos calificar a este podcast de bastante exitoso. Sin embargo su “éxito” le confiere unos ingresos mensuales de publicidad programática inferiores a 5 $. También hay que reconocer que dado el mercado de patrocinios fuera de los grandes mercados anglosajones, estos pírricos ingresos son los únicos que quizá este podcast pueda asegurar.

    En las Podcast Wars hay diversos escenarios, diversas batallas que se libran en varios frentes. Todas persiguen el mayor volumen de podcasts, pero no con el mismo fin:

    • Empresas de hosting clásicas, que cobran por sus servicios, quieren tener el mayor número de podcasts posibles… que paguen por dichos servicios.
    • Spotify busca que su catálogo de podcasts disponibles sea inmenso y para ello usa a su hosting gratuito Anchor para, junto con su catálogo de música, hacer una pinza invencible que haga que los usuarios pasen en su app todo el tiempo que tengan disponible para escuchar… lo que sea.
    • Empresas de hosting que se han convertido en plataformas de publicidad programática, como Spreaker y Acast, quieren tener el mayor número de podcasts posibles para, una vez convencidos de activar la publicidad, poder aumentar el número de impactos que ofrecer a los anunciantes, para así atraer las campañas más masivas e internacionales que son las que dejan más rentabilidad.

    El movimiento de Spreaker se entiende en este tercer supuesto. Necesitan más madera, que más podcasts opten por su plataforma para ofrecer a los anunciantes un mayor número de impactos. Necesitan más podcasts… aunque sea gratis, entiendo que porque la rentabilidad que para Spreaker supone un podcast de 3000 escuchas mensuales es muy superior a los 4,73 $ que ese podcast se lleva y a los 8-10 $ que ese podcast pagaría al mes por un hosting convencional. Si los podcasts que opten por este nuevo plan gratuito no activan la publicidad, Spreaker estará operando en pérdidas con ellos, pero ahí esta su matriz, iHeart Media, para compensar esas pérdidas.

    Acast también está ofreciendo muchas gratuidades en los mercados en los que entra, entrevistándose con creadores que tienen un volumen medio decente de escuchas para tratar de convencerles de que migren y activen la publicidad. Cuando dos pelean por lo mismo seguramente es porque eso merece la pena ¿no?

    Y digo dos, por decir algo. Julio César en el capítulo de Astérix titulado Obélix y compañía, en un momento avanzado de la trama alza los brazos y clama al cielo: «Los egipcios, los griegos, los fenicios nos invaden con sus menhires». La sensación ahora mismo es muy parecida. Zencastr, un servicio para grabar podcasts en remoto, ha inaugurado recientemente su marketplace de anuncios; Libsyn ha comprado el hosting alemán Julep quien, al igual que Spreaker y Acast, tiene una fuerte rama en su negocio de marketing y anuncios, y también están “reclutando soldados” en los países donde entran. La publicidad programática, hasta donde yo sé, lleva implícito el hosting de los audios, por lo que muchos de los recién llegados ofrecen de momento campañas offline, con lectura de la mención por parte del podcaster o simplemente pasándole la cuña para que él la “pegue” en su audio; no obstante, tengo claro que si los primeros esfuerzos fructifican y estas empresas consiguen asentarse en nuevos mercados, vendrá una segunda oleada de actuaciones en las que pedirán a esos podcasts que hospeden sus podcasts con ellos, ofreciendo CPMs más altos que la competencia.

    Para toda esta batalla necesitas un vendedor de anuncios respaldado por un hosting. Spreaker y Acast son ambas cosas, Julep también y además está respaldado por Libsyn, Zencastr (hasta ahora) no es ni una cosa ni otra 🤷🏻‍♂️. Y luego está Spotify, quien se ha dado cuenta de que su estrategia actual en el podcasting ha podido darle muchas cosas, pero el dinero no está entre ellas. Spotify es un vendedor de anuncios (todos los que salen en las cuentas gratuitas) y también tiene un hosting muy potente y gratuito (de verdad), Anchor. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que entre en este batalla?

    Mientras, la última versión de Apple Podcasts trae mejoras de interfaz 😑 y la empresa de Cupertino sigue basando su estrategia en un equipo humano MINÚSCULO que contacta con algunos podcasters para convencerles de que lleven sus podcasts premium (si es que los tienen) a Apple Podcasts, sin exclusividad, en unas entrevistas en las que pareciera que el otrora gigante del podcasting mendiga unas migajas, como si fuera uno de los recién llegados.

    Lo mejor de toda esta batalla es que el modelo de podcasting libre, distribuido por feed RSS, sale tremendamente fortalecido. Todos estos actores necesitan que sus podcasts lleguen a una audiencia lo más grande posible, y para eso no hay nada mejor que perpetuar el modelo de distribución por feed RSS.

    El podcasting hace extraños compañeros de cama.