Muchas son las tentaciones que ofrece un Mac cuando uno se pone a trabajar delante de él. Que si el dashboard, que si iTunes, que si arreglar nosequé en iPhoto. Además, gracias a la existencia de Exposé no tenemos ninguna necesidad de minimizar ventanas, y se quedan ahí, en un segundo plano, con sus llamativos colores, sus atractivas formas, induciéndonos a que las seleccionemos para visualizar su maravilloso contenido.
Pues se acabó porque acabo de conocer una aplicación llamada Spirited Away que, pasados unos segundos (determinados por nosotros) y de forma automática, oculta todas las ventanas de aplicaciones salvo la que estemos usando. ¡Bienvenida de vuelta, productividad!
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