El discurso oficial sobre el podcasting suele ser muy abierto y motivador, siempre poniendo por delante todas las ventajas del medio y, sobre todo, la pluralidad de formas en las que puedes acercarte a él a la hora de producir tus podcasts.
Son muchos los compañeros que animan a los recién llegados a empezar con lo que tengan más a mano, hospedando sus podcasts en un hosting gratuito como puede ser Anchor o iVoox, sitios ambos que, más allá de opiniones personales, a todos nos parecen muy fáciles de entender e ideales para empezar. «Más adelante, puedes migrar a otro sitio», les solemos decir. El recién llegado nos agradece los consejos, pero algo en su interior le dice «Pero si no sé ni lo que estoy haciendo, ni entiendo nada de lo que veo en Anchox o Ivoor ¡cómo voy a pensar siquiera en migrar a otro sitio! ¡MIGRAR EL QUÉ!».
Por todo ello, no debe extrañarnos que muchos novatos que quieren hacer un podcast sean seducidos por plataformas que, más allá de cualquier otra consideración, les ponen las cosas fáciles. Los más ancianos del lugar recordarán cuando llegó Spreaker entre 2011 y 2012 (no recuerdo la fecha exacta) provocando un auténtico terremoto en el sector. Desde la aplicación del móvil, hablando directamente al dispositivo o con unos auriculares, podías crear tu podcast y tener tu capítulo publicado en cuestión de minutos, sin siquiera un rudimentario conocimiento de qué es un feed o cómo se come eso. Y además sin micrófonos, ni interfaces de audio, sin editar en Audacity o en GarageBand. Aquello sentó MUY MAL a mucha gente, que negaban que tener “un Spreaker” fuera tener un podcast.
La comunidad del podcasting somos un pueblo desmemoriado porque cuando llegó Anchor años después repitiendo la misma fórmula, la reacción fue similar, pese a que la nueva plataforma ofrecía ingeniosas soluciones para la producción en movilidad y la colaboración con la audiencia.
Hoy en día muchos de estos prejuicios se han superado, más allá de que algunos de nosotros sigamos pensando que la sindicación de archivo de audio con un feed RSS es lo único que te puede conferir la denominación de podcast. No obstante, al final es el mercado el que manda, y mucha gente llama podcast a cosas que harían sonrojar al mismísimo Adam Curry. YouTube ahora mismo es el hogar de muchos podcasts, o al menos de lo que muchos usuarios y creadores entienden por podcast. Y dadas las facilidades de la plataforma para subir y distribuir el contenido, son muchos los nuevos podcasts que optan por estar allí y no se plantean estar en ningún otro sitio, como hay mucha gente que no sabe que existe un vasto mundo fuera de iVoox o a mí no se me pasaría la cabeza crear un podcast exclusivo de una única plataforma.
El podcast es, para muchos, una pata más de cualquier esquema de creación de contenidos. Substack es la plataforma más popular de newsletters y pone muy fácil crear un podcast anexo a tu newsletter. La plataforma te permite tanto crearlo desde cero como importar un podcast existente añadiendo el feed y ofreciéndote después instrucciones para efectuar las oportunas redirecciones de feed en tu hosting. A la hora de comenzar un podcast nuevo nos vamos a encontrar un formulario muy similar al de cualquier hosting, pero ya cumplimentado con los datos de nuestra newsletter existente, lo cual facilita mucho comenzar en un medio del que, a lo mejor, no sabes nada.
Substack va a informar a cada suscriptor de tu newsletter de cada capítulo publicado y le permitirá escucharlo en la web o en la app, pero también te va a dar un feed público para que lo mandes a Apple Podcasts y resto de directorios.
Recientemente José Luis Hurtado, buen amigo y buen podcaster, ha retomado la creación de contenidos entorno a las series de TV, uno de sus temas favoritos. Substack se lo ha puesto muy fácil para crear una newsletter y le ha dado las herramientas para crear un podcast anexo; el hecho de que sea una herramienta más, permite a José Luis que el podcast no sea el centro de su proyecto, sino algo adicional cuya creación puede enfocar de una forma más relajada en cuanto a periodicidad y formato. Con toda seguridad, en Substack no encuentras todas las posibilidades que te ofrece una plataforma especializada en podcasts, pero es suficiente. Suficiente para que un podcaster experimentado como José Luis saque adelante su proyecto y suficiente para que un podcaster novato comience el suyo y, más adelante, pueda migrar a otro sitio, sabiendo ya quizá lo que tiene que migrar 😉