La llegada de los meses de julio y agosto al hemisferio norte marca un periodo de vacaciones estivales inevitable. Y es que más allá del derecho y la necesidad que tenemos todas las personas a descansar de nuestras tareas habituales, existen motivos tasados que justifican esta sequía de podcasts veraniega.
La escucha de podcasts está vinculada a nuestras rutinas diarias. Cuando las vacaciones modifican estas rutinas, la escucha de podcasts cae en picado, como así lo pueden demostrar las estadísticas de cualquier podcast. Así que no resulta ninguna tontería aprovechar que los oyentes oyen menos para que los podcasters graben menos.
Pero esto no significa que debamos apartarnos completamente del podcasting. El verano es una época ideal para trabajar en el diseño de producción de la siguiente temporada; así lo vengo yo haciendo durante años con Daily y el resultado es óptimo.
Aprovecho mis vacaciones en el mes de agosto para dar un repaso a cómo ha ido el podcast durante la temporada y a meditar cómo ha evolucionado, tanto su contenido como su audiencia. No es algo que haga un día sentado frente a la pantalla del ordenador, sino que son pensamientos y meditaciones recurrentes durante varios días. Un podcast diario es un reto y cada temporada trato de incorporar modificaciones a cómo preparo el contenido y la grabación.
Tras la parte teórica viene la parte práctica. Desde hace un par de años me gusta cambiar la melodía del podcast; es una forma de incorporar un elemento refrescante en la producción y que suele suscitar el interés de la audiencia y sus comentarios, tanto negativos como positivos. Otra cosa que también me planteo son los textos de presentación y despedida que locuto; repaso su contenido, sobre todo los call-to-action en los que sueño dirigir a la audiencia a comentar el capítulo y también a Weekly, mi podcasts por suscripción de pago, cuyos ingresos ayudan al mantenimiento de todo mi proyecto de podcasting. Cuando tengo un patrocinador, su mención desplaza a la de Weekly.
De esta forma, cuando llega el día de comenzar la nueva temporada, lo tengo todo listo para empezar con nueva melodía, nuevos textos, nueva estructura e incluso si se tercia hasta nueva portada.
Si no hacemos este trabajo durante las vacaciones, el primer podcast de la nueva temporada sonará exactamente igual que el último de la anterior, y aunque incorporemos cambios en los días siguientes, perderemos el efecto novedad ante nuestra audiencia, vital para relanzar nuestro podcast y revitalizar el entusiasmo en nuestros seguidores.
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