En los últimos años hemos visto cómo dentro del podcasting en español hacían su aparición muchos programas relacionados con una temática que hasta el momento no se había explotado mucho: el marketing online. En estos podcasts, sus presentadores dan consejos sobre como llevar un negocio online e, inevitablemente, también sobre cómo trabajar para difundir un podcast e incluso llegar a hacerlo rentable económicamente.
Las normas del marketing online son más o menos universales pero se adaptan bien a cada medio de difusión digital al que las apliques y el podcasting no es una excepción. La irrupción de estos profesionales ha supuesto un nuevo punto de vista que realmente se agradece. Algunos de los consejos o parámetros que hemos aprendido de estos programas son completamente irrefutables pero otros… no tanto.
El que traigo a este artículo entra dentro del segundo grupo. Es un consejo que curiosamente he escuchado a casi todos los podcasters que escucho hablar de marketing online y que entiendo que deviene de una mala adaptación de sus teorías generales que, en este caso, creo que no se pueden aplicar.
El consejo en cuestión es: cuando vayas a comenzar un podcast ten publicados 4 o 5 episodios; de esta manera aquellos que te encuentren, si les gusta lo que haces, tendrán más material para escuchar. Esto es lo que llamo arranque en caliente. Son varios los consultores de marketing online a los que venero que emiten este consejo, sin duda valioso cuando se aplica al contenido de un blog, pero que cuando se trata de un podcast no lo es tanto.
He dicho anteriormente que el marketing digital es suficientemente dúctil como para saber adaptarse a cada medio en cuestión, pero en ocasiones, son los consultores los que olvidan adaptarse o, directamente, niegan que sea necesaria tal adaptación. Recuerdo escuchar una entrevista en un podcast a un «experto» que decía que si en la web de nuestro podcast tenemos menos visitas que descargas tienen nuestros episodios es que teníamos un problema. Efectivamente el problema que teníamos era estar perdiendo el tiempo escuchándole.
La escucha de podcasts no es esclava del blog. Es indudable que cada podcast debe tener su blog/web en el que publicar cada uno de los episodios, un sitio al que llamar casa que sirva de hub para compartir el contenido del programa con todo el mundo, y donde se reúnan los enlaces para escuchar el podcast en el mayor número de aplicaciones posibles. Y es ahí donde está la clave: el podcast se escucha por regla general en una aplicación donde quedamos, por regla general, suscritos. La escucha vía web es residual y por tanto no puede tener un peso específico demasiado alto a la hora de tomar nuestras decisiones sobre la estrategia de difusión de nuestro podcast.
Cuando te suscribes a un nuevo podcast en cualquier aplicación, ésta te descarga directamente el último episodio publicado. Ahora contamos con la excepción de que se haya dado al feed el formato de serial, en cuyo caso descargaría el primero, pero la regla general sigue siendo la descarga del último publicado. Por regla general, existe poco aliciente para que el oyente vaya hacia atrás en el tiempo y quiera escuchar más contenido antiguo, lo más normal es que quede a la espera de que se genere nuevo contenido, porque tiene un sentimiento de que lo que ha pasado antes no le pertenece. No es infrecuente el oyente que escribe porque nos ha descubierto y manifiesta haberse «puesto al día», pero sigue siendo un porcentaje ínfimo de los oyentes totales, por lo cual lo que ocurre es que estamos haciendo un esfuerzo baldío; al arrancar en caliente estamos condenando a todos esos episodios de stock a una irrelevancia muy superior a la de los episodios posteriores.
Nunca he hecho un arranque en caliente, pero estoy seguro de que las estadísticas demostrarían que el último episodio disponible el día de la publicación es el más descargado y que los 3 o 4 o 6 anteriores apenas llegan a un 20% de las descargas de ese último. Es posible que mi querido amigo Joan Boluda pueda darme en la cabeza con las estadísticas de su podcast Así lo hacemos, comenzado en caliente, pero ni todos somos Joan Boluda ni todos los podcasts tratan una temática que pueda hacer interesante el escuchar todos los episodios anteriores al primero que estamos conociendo.
Contrapuesto a esto tenemos el arranque en frío, es decir, publico mi primer episodio y ése es el que tenéis hasta que publico el siguiente. Tiene dos ventajas muy interesantes: 1) las aplicaciones de podcasts van a descargar a los suscriptores iniciales todos los episodios disponibles, es decir, uno 2) tenemos un feedback muy puro sobre el primer episodio que nos va a ayudar a hacer un segundo episodio mejor.
Y es que para mí la clave de todo esto es el feedback. Escuchar un montón de episodios que han sido grabados y producidos de espaldas a los oyentes contraviene la esencia misma del podcasting, la unión y el contacto entre el podcaster y el oyente. Viene a ser como ver un encuentro deportivo en diferido: aunque no sepas el resultado puede que estés sufriendo por el desarrollo del juego, pero en un momento dado tu sufrimiento cesa porque te das cuenta de que por mucho que trates de «enviar karma» o lo que sea que creas que puedes hacer, no va a servir de nada porque el partido ya acabó. Si escuchas el episodio cinco de un podcasts que acaban de publicar y te interesa el tema pero hay algunos detalles del podcast que no te gustan, ya sabes que si escuchas los cuatro anteriores va a ocurrir más de lo mismo, porque no había nadie escuchando en tiempo real esos episodios mientras se producían y que pudieran decirle a los presentadores «por favor, no hagáis más esos chistes» o «grabado en estéreo el programa me resulta muy confuso para escucharlo con un auricular».
Al igual que en la vida, en el podcasting no todo es blanco o negro, arranque en caliente o en frío, y yo he experimentado con cierto éxito el arranque templado. ¿Y qué es esto? Pues consiste en un arranque en frío, esto es, grabar el primer episodio y publicarlo en iTunes y en todas partes, pero haciendo un esfuerzo mínimo de difusión, de tal manera que cuentas con oyentes pero no con todos los oyentes a los que serías capaz de llegar de inicio. Cuando llevas tres episodios publicados 😉 entonces echas toda la carne en el asador de la difusión y la gente encuentra tres episodios reales, donde cada uno se alimentó del feedback del anterior.
Aunque un arranque en caliente pueda funcionarle a alguien ocasionalmente o ser incluso lo adecuado para podcasts seriales, creo que el arranque en frío (templado todo lo más) sigue siendo el más adecuado para la mayoría de los podcasts y el que más se pliega a la idea de mantenernos, en todo momento, cercanos a nuestra audiencia.
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