Sólo hay que darse un paseo por el archivo de este blog para comprobar que los meses que pasaron entre el anuncio del iPhone y su puesta a la venta fueron toda una locura de noticias y rumores. Muchas dolencias cardíacas tienen su origen en esos días porque el cuerpo humano no soporta estar cinco meses en ese continuo estado de excitación.
El iPad fue también anunciado a finales de un mes de enero pero puesto a la venta mucho antes, abril en Estados Unidos y 28 de mayo en el resto del mundo. Fue menos espacio de tiempo pero también lleno de noticias, rumores y sobre todo discusiones acerca de la interfaz y de otras características del dispositivo, como la ausencia de cámara o (una vez más) de un puntero.
En esta ocasión, con el Apple Watch, volvemos a tener un lapso de tiempo muy amplio entre el anuncio y la puesta a la venta, y es que como poco serán siete meses los que separen ambas fechas, dos más incluso que lo que vimos con el iPhone original. Y no está pasando ni mucho menos nada de todo aquello.
Los motivos pueden ser diversos y se han apuntado durante este tiempo por parte de diversos analistas. Uno podría ser que Apple no está inaugurando un nuevo mercado (como prácticamente hizo con el iPhone y el iPad) sino que está entrando en un mercado al que creo que incluso ya podríamos considerar maduro; todo apunta a que Apple arrasará de nuevo y venderá todas las unidades que sea capaz de fabricar, pero esto ya no asombra tanto, más o menos como la liga de fútbol española, donde la pregunta es por cuánto le ha ganado el Real Madrid o el F.C. Barcelona al rival de turno.
El segundo motivo y quizá el más tangible ha sido puesto de manifiesto estos días a colación del supuesto Apple Car. En uno de los cientos de artículos sobre por qué Apple querría crear un coche, leí un interesante motivo: es cada vez más difícil hacer algo innovador en el campo de la tecnología de consumo. Seguramente el Apple Watch va a sacudir los cimientos de su segmento y a cambiar la manera en la que día a día hacemos muchas cosas… pero eso ya ha pasado antes; estamos de alguna manera acostumbrados a que de pronto aparezca un pequeño dispositivo personal (teléfono, tablet, pulsera, sensor…) y cambie nuestra cotidianidad de manera más o menos intensa.
Sea como fuere, con más o menos sensores, con más o menos ruido alrededor, el Apple Watch vendrá en abril, y seguro que cuando lo veamos en las Apple Store nos pondremos algo más nerviosos.