Parece que la nueva gama de ordenadores de sobremesa Mac va a dar un poco más que hablar de lo que parecía inicialmente. Lo primero de todo sería corregir un error que cometí en el Emilcar Daily del pasado viernes 17 de octubre, cuando comenté que los iMac de 27′ no retina habían sido retirados. Esto no es así, por lo cual la gama iMac continúa siendo exactamente la misma que teníamos con el añadido del modelo con pantalla retina.
Este modelo Retina 5K sigue sorprendiendo a propios y extraños, y lo que vamos conociendo de él matiza un poco más su ubicación dentro de la gama Mac. Para empezar, no puede ponerse en modo target, por lo que no podremos usar esa increíble pantalla 5K (¡CINCO KA!) con otros Mac, como por ejemplo un Mac Pro. Y hablando del cual, el modelo más bajo de la gama actual de Mac Pro le sigue dando sopa con ondas al iMac más potente que podamos montar, así que las apreciaciones que algunos están haciendo sobre las posibles elecciones de profesionales con muchas necesidades de potencia están completamente fuera de lugar. Una buena noticia sí es que el iMac Retina tiene los bancos de memoria RAM accesibles al usuario, por lo que no hará falta pagarle a Apple un extra de memoria a precio de tinta de impresora, pudiendo añadirle a posteriori módulos más económicos e igualmente confiables respecto a rendimiento y calidad, como por ejemplo estos que tengo yo fichados desde hace tiempo.
El Mac mini era el otro gran esperado de la tarde. Lo que parece una bajada de precio es en realidad la aparición de un modelo de entrada muy recortado de potencia y de posibilidades de extensión, algo así como ese iMac 21′ más reciente, enfocado al mercado de educación o a determinados sectores con escasas exigencias. Así las cosas, la comparación procede entre los dos modelos superiores y los dos modelos de hace dos años, lo que nos depara curiosos detalles. Ambos parten de procesadores i5, pero al contrario que los modelos de 2012, los procesadores i7 disponibles para ampliación son de 2 nucleos y no de 4 nucleos. En la parte interesante, ambos vienen ya dotados de 8 GB de RAM, cuando los modelos de 2012 partían de 4 GB, pero es un regalo envenenado porque a este Mac mini 2014 no se le puede cambiar la RAM en casa. Esto nos obliga a plantearnos su compra como si fuera un MacBook, esto es, gastando tanto como podamos de inicio al menos en RAM, habida cuenta de que posteriormente no podremos aumentarla. El modelo 2014 tampoco incluye el adaptador de DVI a HDMI, que ahora se ofrece como opción por 29€.
Dicho esto, comparar el Mac mini 2012 con el 2014 se hace complicado, por las diferencias en RAM por defecto y por los procesadores, teniendo en cuenta también que aunque sean de dos núcleos, estos i7 son de una generación «y media» después. Lo que no deja de ser cierto es que es un gran equipo que dejará satisfecho a cualquier usuario con necesides corrientes. Como usuario feliz de uno de los modelos de 2012 no puedo sino recomendar la compra de un Mac mini con pasión ribereña; si yo tuviera que comprar uno ahora elegiría un modelo con procesador i7, 16 Gb de RAM y Fusion Drive de 1 Tb, por un total de 1.399€.