Hacía muchísimo tiempo que no compraba un juego para el iPhone. En mis últimas colas en Hacienda y otros organismos oficiales me di cuenta de que mis actuales posesiones lúdicas no me satisfacían del todo y llevo semanas atento a las novedades en este terreno. Entonces se cruzó en mi vida Plants vs. Zombies y a partir de ese momento ya nada volvió a ser igual.
El juego es del estilo «defender la torre», un concepto que antes no significaba NADA para mí y que también a vosotros os puede dejar fríos; ese concepto viene a ser más o menos «enemigos que salen de un extremo de la pantalla y nosotros tenemos que evitar que lleguen al otro». En este caso, debemos de evitar que los zombies entren a nuestra casa y para ello contamos con aguerridas plantas. Para que os hagáis una idea, las dos plantas iniciales son un girasol y una planta escupe-guisantes que daña a los zombies. El girasol genera pequeños soles, que junto con los que caen del cielo forman nuestro «dinero» con el que podemos «comprar» plantas y ponerlas en combate.
En cada pantalla debemos superar un número concreto de avances zombies. Al pasar cada pantalla desbloqueamos un nuevo tipo de planta que nos facilitará nuestro trabajo, pero asimismo aparecen en liza nuevos tipos de zombies, generalmente relacionados con las nuevas plantas desbloqueadas. Si las plantas son simpáticas, los zombies son simplemente hilarantes, cada uno con su tipo de ataque derivado de su aspecto o naturaleza. En ese sentido no quiero haceros ningún spoiler y dejaros que descubráis vosotros mismos qué es lo que hace cada tipo de zombie. Sólo vaya mi recuerdo especial para el zombie Michael Jackson.
Tras poner una planta, deberemos dejar pasar cierto tiempo hasta que podamos volver a plantar otra planta del mismo tipo, independientemente de que tengamos «soles» de sobra como para comprarla. Sin embargo los zombies seguirán avanzando a su ritmo cansino pero constante, provocando en nosotros la paradoja de sentirnos estresados ante enemigos que avanzan lentamente.
El juego existe desde hace algún tiempo en sus versiones para PC y Mac; incluso hay una versión gratuita en Flash. Sin embargo, una vez que has jugado al juego en su versión touch, perfectamente integrado en el interface táctil, te preguntas como alguien pudo alguna vez jugar a esto con un ratón. Plants vs. Zombies cuesta 2,39 € que se pagan tremendamente a gusto por las horas de diversión que te depara. Un auténtico must-have en el terreno de los juegos para iPhone y iPod Touch.