Recientemente he tomado una de las decisiones más difíciles de mi vida como maquero: prescindir de Quicksilver. Y digo difícil porque este programa (mucho más que un lanzador de aplicaciones) ha sido y es santo y seña de la verdadera diferenciación entre las posibilidades que nos ofrece Mac OS X y las que nos ofrece Windows. Incluso alguien dijo una vez que un Mac sin Quicksilver no es un Mac.
Yo lo he instalado con fruición en todos los Macs que han pasado por mi mano, tanto mis equipos como el de mi padre, el del trabajo… y siempre lo encontré tremendamente útil e incluso imprescindible.
Sin embargo, desde que reinstalé Leopard (que ya os contaré otro día mis conclusiones sobre dicho acto) Quicksilver nunca volvió a ser el mismo: se me colgaba con inusitada frecuencia, me daba problemas en el arranque, «desaparecía» sin avisar y lo peor de todo es que le dío por indexar las aplicacione sólo en inglés. Por culpa de este último detalle, Quicksilver se volvió ingobernable para mí, ya que si deseaba ejecutar iPhoto no había problema, pero tenía que recordar que «Vista previa» es «Preview» en inglés y así como muchos programas y componentes del sistema.
Traté de arreglar este problema siguiendo diversos consejos y procedimientos pero de nada sirvió, lo cual añadido a los problemas de estabilidad mencionados me llevó a tomar la decisión de abandonar Quicksilver.
Tanto Flavio como Patuflinx alguna vez han mencionado en público los riesgos de usar una aplicación sin soporte ni actualizaciones como es Quicksilver, así que pensé en seguir los consejos de ambos gurús. Patuflinx usa LaunchBar, programa de pago muy similar a Quicksilver, quizá más efectivo en ciertos aspectos y sin su presencia visual; lo probé un tiempo pero no me convenció. Flavio siempre ha optado por Spotlight y tras dedicarle unos días decidí quedármelo como lanzador de aplicaciones.
Spotlight es tremendamente rápido, indexa TODOS mis archivos y el controlador de exclusiones funciona de verdad. Cierto es que Spotlight no alcanza el rango de posibilidades de Quicksilver o LaunchBar pero no es menos cierto que yo sólo necesito un lanzador de aplicaciones y archivos que también los localice en el Finder, y para ese cometido Spotlight es el Rey sin lugar a dudas. Y además, como dirían Fede y Flavio, Spotlight «está en tu Mac» 🙂
Yo usaba mucho Quicksilver para subir cosas a flickr pero ahora uso Squicht para tal cometido. En cuanto a otras funciones avanzadas que pudiera usar, requerían demasiadas combinaciones de teclas y yo las usaba con muy poca frecuencia, por lo cual dichas combinaciones se perdían en el olvido de mi mente.
Con esto no quiero evangelizar a favor de Spotlight y en contra de Quicksilver o LaunchBar, sólo comentar mis experiencias y dar cuenta de mi cambio de chaqueta 😉