Van cuatro. Los originales, los que me regaló Pelicos y los dos que compré desde USA. Los cuatro con el mismo problema: uno de los «buds» (¿cómo se diría en español?) deja prácticamente de oirse. Y es algo profundamente molesto para escuchar música clásica ya que en dichas grabaciones los distintos instrumentos y voces están distribuidos por todo el espectro estereofónico.
Supongo que esta rotura es algo que ocurre gradualmente, lo cual hace que no me dé cuenta hasta que ya es exagerado o hasta que escucho alguna pieza especial; esta vez a sido una misa a doble coro de Orlando di Lasso, en la que el coro I suena por el canal izquierdo y el coro II suena por el derecho. Entenderéis el mosqueo: empieza la pieza cantando el coro I y cuando el coro II tendría que «responderle» un leve murmullo llega a mi oreja derecha. Diagnóstico inmediato: otra vez rotos.
Aparte de que los auriculares sean más malos que el baladre, algo debo yo hacer para conseguir cascarlos todos de manera exactamente igual. En los foros de Apple no he encontrado reportes de situaciones parecidas. Pensando en mis actuaciones «de riesgo» respecto a los auriculares, yo llego al trabajo con el iPhone en el bosillo y los auriculares puestos y a veces me siento directamente así hasta que empiezan a venir clientes o a decirme algo los compañeros. Quizá sea ese el problema, pero es extrañísimo porque cuando usaba el iPod casi nunca me lo sacaba del bolsillo en toda la mañana de trabajo y nunca me ha pasado esto con los auriculares.
Bueno, ahora que después de dos meses de iPhone en España, Apple se ha decidido a vender sueltos también aquí los auriculares, me acercaré a Benotac a pasar religiosamente por caja. Y esta vez a ver si intento no sentarme más con el iPhone en el bolsillo, que a veces soy más tonto que las ardillas.
P.D.: Los auriculares clásicos del iPhone ahora funcionan perfectamente en el iPod Touch 2G