En estos días que estamos, seguro que muchos de vosotros tenéis historias que contar similares a la que yo os voy a contar ahora. Espero que mi punto de vista y mi proceso de toma de decisiones sean una ayuda para los que estáis rondando el iPhone 4 sin decidiros todavía sobre cómo hacerlo. Y como esto va de decisiones, lo primero que voy a explicar es mi decisión de comprar un iPhone 4.
Llevo meses diciendo que no, que tengo un 3GS hace un año, que va estupendo y que me espero al siguiente modelo, pero cuando el olor a Retina Display se hizo presente en Twitter, supe que no tenía nada que hacer y que iba a ser seducido por el nuevo dispositivo. Quienes más sufrieron esto fueron mis followers de Twitter y mi mujer, a quienes taladré salvajemente durante la tarde del jueves 29. La culpa no es mía, sino de las operadoras españolas que en un alarde de cutrerío anunciaron sus precios y tarifas 3 minutos antes de sacar el iPhone a la venta.
Como os decía, mi proceso de toma de decisión de comprar el iPhone 4 no es muy racional y no tengo argumentos serios para decirle a alguien que tiene un iPhone 3GS que se compre un iPhone 4, pero mira, el viernes es mi cumpleaños, mi mujer no sabía qué regalarme, una cosa llevó a la otra…
Lo siguiente fue repasar tablas, precios, tarifas, canje por puntos… mi situación no era la mejor ni mucho menos: cliente nuevo de Movistar con el iPhone 3GS, un año y 1 mes de permanencia cumplidos, 10.000 puntos… Tenía dos opciones: pagar a Movistar casi 500 € por el iPhone 4 32 Gb o hacer portabilidad. Me decidí por lo segundo y por Orange, con su plan Delfín 42 tremendamente adecuado a mis necesidades y mis costumbres de consumo (600 minutos de voz y 500 Mb de Internet, oiga). El iPhone me cuesta así 259 € a los que sumar la penalización de Movistar de 105 €. No es el mejor negocio que he hecho en mi vida, pero ha pasado por las bendiciones de mi esposa, que es lo único que me interesa. Me fastidia pagar penalización a Movistar, pero mira.
Una vez decidida la compra mi mujer me preguntó sobre el destino mi 3GS actual. Dado que ella tiene un 3G que se arrastra un poquito con la 4.0.1, decidimos que ella se quede mi 3GS hasta acabar su permanencia en Octubre, momento en que seguramente se vendrá conmigo a Orange. Una vez cancelado mi contrato con Movistar, no veía posibilidades de que nadie me liberara mi iPhone 3GS lo cual era necesario para nuestro plan. Mi mujer quiere venir a Orange pero no está segura de querer un iPhone 4, ya que con mi 3GS dice que le basta, y para todo ello necesitábamos liberarlo.
Con todo esto en la cabeza recibí un reply en Twitter de @taykox diciéndome que en la tienda Orange del Centro Comercial Vega Plaza de Molina de Segura tenían iPhones 4, que a él le habían reservado uno para el viernes y que les quedaba uno de 32 Gb. Nervios. A esas horas del jueves por la noche ya no podía llamar, así que como un ninja antes de entrar en combate, me retiré a mis aposentos maquinando en mi cabeza la estrategia del día siguiente.
Viernes 30 de julio, amanece. En el trabajo sólo tenía que hacer una cosa y luego podía estar todo el día de guasa, pero esa cosa culminaba con una reunión que empieza justo a las 10, la hora a la que abrían las tiendas, así que debía estar presto con mi plan. Lo primero liberar mi iPhone, o al menos intentarlo. Con mi trabajo hecho, sobre las 9’25 hice una llamada al 1004, me salió una operadora española y le dice que quería liberar mi iPhone 3GS; me pidió el IMEI y me preguntó que cuánto tiempo lo tengo; le dije que un año y poco. Me volvió a pedir el IMEI y me dijo que ya estaba, que lo conectara a iTunes con una SIM de otro operador. Nada más, os juro por Jobs que fue sólo esto lo que hice. Siguiendo mi ejemplo, mucha gente de mi timeline en Twitter se lanzó a intentarlo; la mayoría cosechó sonoros fracasos pero algunos, aunque fuera a la tercera llamada, lo consiguieron.
iPhone libre. Dieron las 10 de la mañana y la reunión se retrasó 10 minutos ¡bien! Mi mujer me llamó desde la tienda Orange de debajo de su oficina. Tenían un iPhone para mí, pero era de 16 Gb, así que pasando. Llamé a la tienda de Molina sugerida por @taykox (gracias tío) y tuve mi iPhone 4 reservado para la tarde en cuestión de segundos. ¡Ole! El resto de la mañana lo pasé haciendo algunas pequeñas cosas pendientes del trabajo e intentando responder a los más de 200 replies y menciones acerca de la liberación de mi iPhone y de mi paso a Orange. Aunque supongo que lo entendéis os pido disculpas, pero fue imposible responder a todo.
Sobre las 12 del mediodía apareció en mi oficina @wonka con dos misiones: la primera que comprobara si su iPhone 3G estaba realmente liberado, como le dijeron días atrás en el 1004 (lo estaba) y la segunda, conseguir que rayara el suelo con los dientes de pura envidia ante su iPhone 4 16 Gb, conseguido por puntos Movistar sin mayor problema que los sistemas informáticos de canje de puntos. Lo de la Retina Display parece de otro mundo, en serio. @wonka todavía no había pasado por casa y su iPhone 4 no llevaba sus programas, su música… pero aun así pudimos comprobar de primera mano sus muchas virtudes. @wonka me hizo el honor de hacerme una foto con su iPhone 4, la primera foto que hacía con él: tremendo, mis arrugas y papadas al más mínimo detalle. La cámara VGA para FaceTime también tiene mucha calidad. Luego más tarde me llamó por teléfono para confirmarme todo lo bueno del teléfono y me dijo además que se nota una barbaridad las aplicaciones que todavía no están actualizadas para Retina Display.
Como el viernes era además mi último día de trabajo, la mañana acabó con traca. Aperitivo de toda la empresa a las 14 horas y aperitivo del departamento de Contabilidad a las 15 horas. Acabé redondo cerca de las 16 horas. Mi mujer se había unido a mí, así que nos fuimos para mencionada tienda Orange en Molina, donde un joven de pelo crestiforme me atendió rápida y eficazmente, incluso me sacó un iPhone 4 abierto para que lo tocara. Me tomó nota de mi solicitud de portabilidad pero no firmé ningún contrato cosa que me dejó un poco preocupado. En 3 minutos estaba fuera de la tienda; realmente esperaba un poco más de ceremonia.
Una vez más, lo sencillo es lo que funciona, porque apenas media hora después recibí un SMS de Orange diciéndome que Movistar había empezado a tramitar la portabilidad. Una hora después recibí un SMS de Movistar pidiéndome que les llame al departamento de portabilidades. Allí me cogió el teléfono un operador español, completamente distinto de cuantos he podido conocer en el 1004 (españoles, sudamericanos o griegos). Se notaba por la voz, el trato y los modales que estaba ante una especie de Jefe Final del Customer Care de Movistar. Enseguida empezó el combate, cuando me preguntó «sólo por estadística» el por qué de mi marcha a Orange. El hombre me vino a decir que me esperara a Septiembre, cuando me quedaran tres meses de permanencia, que es cuando él me podría hacer unas ofertas tremendas que no me supo concretar porque todavía no le habían pasado la información relacionada con el iPhone 4. Pese a su extrema amabilidad opté por seguir adelante con el cambio, me lo confirmó para el 6 de agosto y me dijo que en la factura de 1 de septiembre me cargarían la multa por romper el contrato, 105 €.
Una hora después me llamaron de nuevo del mismo servicio, en esta ocasión un comercial distinto pero cortado por el mismo patrón, otro Jefe Final que entendía mi ansiedad por el iPhone 4 pero que también quería que me esperara a septiembre. Entre agradecimientos y alabanzas mutuas la conversación terminó confirmando mi portabilidad a Orange para las 2 AM del viernes 6 de agosto, justo a tiempo para recibir en mi nuevo iPhone 4 las llamadas, SMSs y correos electrónicos de «Feliz Cumpleaños».
El chico crestiforme de Orange me dijo que tenían instrucciones de activar los teléfonos en tienda, pero que si yo afirmaba poder hacerlo solo en casa, vería la manera de adelantarme el teléfono al jueves. Así lo espero, ciertamente, para poder recoger en tienda mi iPhone 4 el jueves y amanecer ya con él el viernes. Ya os contaré.
Fotos de William Hook